De sabor picante y alimonado, este tallo subterráneo, estrella de la cocina asiática, no solo aromatiza los guisos de arroz, las salsas agridulces, los postres y las bebidas frías y calientes, sino que está considerado un remedio eficaz para el alivio de problemas intestinales, náuseas, vómitos… aparte de resultar un buen antiinflamatorio y antiséptico.
Propiedades del jengibre
Las múltiples virtudes que se atribuyen al jengibre se deben sobre todo a su riqueza en aceites volátiles.
También posee sustancias fenólicas (denominadas gingeroles, shoagoles y gingeronas), enzimas proteolíticas, ácido linoleico, vitaminas (especialmente vitamina B6 y vitamina C) y minerales (calcio, magnesio, fósforo y potasio).
Beneficios para la salud del jengibre
- Para el mareo y las náuseas. Reduce los síntomas asociados al mareo. Resulta muy útil para las náuseas de las embarazadas.
- Para el mal aliento. Una técnica oriental consiste en utilizar un pequeño trozo de jengibre encurtido con vinagre para quitar el mal aliento y refrescar la boca después de las comidas.
- Para la digestión. Favorece la eliminación de bacterias y otros microorganismos intestinales perjudiciales. Tomar habitualmente jengibre ayuda a mejorar la composición de la flora intestinal y ayuda a evitar la aparición de putrefacciones intestinales responsables de hinchazones abdominales y meteorismo. (Recomendable acompañar de probióticos)
- Calorífico. El jengibre puede ayudar a la sudoración y es muy útil en resfriados y gripes.
- Tónico circulatorio. La combinación del estímulo de sudor y del torrente circulatorio induce a mover la sangre a la periferia. Esto lo hace apropiado para sabañones, hipertensión y fiebre. El jengibre también inhibe la agregación plaquetaria, por lo que contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares.
- Antioxidante. El jengibre es rico en antioxidantes, que retrasan el proceso de envejecimiento.
- Antiinflamatorio. Sus gingeroles, principales componentes activos del jengibre y responsables de su sabor picante, son aceites volátiles con propiedades antiinflamatorias muy potentes. Personas con artritis reumatoide experimentan alivio en su dolor e hinchazón y mejorías en su movilidad cuando consumen jengibre regularmente.
- Anticancerígeno. Los gingeroles también pueden inhibir el crecimiento de células de cáncer colorrectal, como sugieren los resultados de diferentes estudios.
- Actividad muscular. Presenta un alto contenido en magnesio, calcio y fósforo, minerales que participan activamente en la contracción del músculo y en la transmisión del impulso nervioso. Constituye, pues, un remedio útil para prevenir y combatir espasmos musculares y debilidad muscular.
El jengibre en la cocina
Del jengibre suele decirse que tiene un aroma fresco, exuberante y especiado. Recuerda a los cítricos, especialmente al limón, a algunas aguas de colonia, a hierba fresca y un poco a madera, pero dulce y aterciopelada.
Combina bien con la salsa de soja, el vinagre, el limón, el sésamo, el aceite, y el miso para elaborar salsas, vinagretas y condimentos. Añadido solo enriquece cualquier alimento de sabor no muy fuerte o dulce, como el pescado, el arroz, las verduras o las frutas.
La otra opción, muy utilizada por la cocina oriental y la natural, es la de rallarlo, exprimir la pulpa obtenida y añadir ese zumo al final de la cocción, justo antes de comérselo. Se recomienda media cucharadita de zumo por persona.
El jengibre encurtido japonés o gari, suele acompañar el sushi y el maki para aportarle textura crujiente y un toque de sabor ácido y salado que limpie el paladar entre bocado y bocado.
El rizoma fresco debe adquirirse terso, sin arrugas. Los rizomas se pueden congelar, pelados y en trozos o rallados. En la nevera, se mantienen frescos hasta un par de meses.
El jengibre en polvo conviene comprarlo en pequeñas cantidades para que conserve su aroma y frescor. Debe guardarse en un lugar oscuro, fresco y seco.